Las tres semanas pasaron rapido, tan rapido que a Blake no le agradaba. Queria que no llegara el dia para regresar a el colegio, queria quedarse en su casa con Daniela toda la vida.
Las vacaciones sin ninguna duda habian sido las mejores para ambos. Se la pasaban de lo mejor por las tardes en el jardin de la casa. O simplemente en su habitacion; ya habian aprendido a como dormir sin hacer nada mas que platicar, eso era una ventaja... aunque Daniela lo tentaba cada dia. Era increible poder pasar con ella las noches solamente abrazados.
Quiza Blake se sentia de lo mas pervertido o sentia que las hormonas de su adolecencia no lo dejaban en paz. Pero ¿como estar asi como si nada cuando tenia a la chica mas hermosa del mundo justo acostada a un lado de él? Ademas, Daniela no se la ponia muy dificil... era una locura!.
La chica se llebaba bien con la señora Diggory, pasaba ayudandola en la hora de preparar la comida, mientras Blake se sentaba en la barra de la cocina, mirando lo bien que lucian ambas, juntas. Era como si estubiese casado con Daniela -su mayor sueño- y estubiera viendo a suegra y nuera compartiendo un buen momento.
En todas las vacaciones no habia recibido ni una sola carta de Bloom, lo que le resultaba muy bueno. No queria que le arruinaran las vacaciones y mucho menos solo para pedirle que le llebara las pantunflas.
Pero sabia lo que le esperaba en cuanto llegara a Hogwarts.
La Navidad habia sido increible.
Los padres del chico les habian dado regalos a ambos. Daniela estaba de lo mas apenada esa vez. Aunque se le pasó en cuanto Isabell comenzó a contarle sobre la infancia de su hijo, dejandolo en verguenza como era de esperarse, y entonces fue cuando Blake se puso rojo y no Daniela.
La cena de Navidad fue muy divertida pero porfin terminó:
-Tus papás son muy agradables -opinó Daniela mientras se ponia la pijama. Habian aprendido a estar tanto tiempo juntos que ya les parecia de lo mas normal dormir en una sola habitacion, como si fueran una pareja de recien casados.
-Si, mientras no hablen de como me cai la primera vez que volé una escoba -se quito la sudadera.
-Jaja esa fue la mejor parte. Aunque tambien me gusto cuando te caiste de...
-Daniela -la miró-. Te importaria dejar de hablar de las muchas veces que me caia cuando era un bebe? Es vergonzoso...
-Lo siento amor -dijo sonriendo y acercandose a él abrazandolo por la sintura-. Puedo contarte las mias si eso te hace sentir mejor -volvió a reir. Blake entrecerró los ojos en forma sarcastica.
-Dejemos ese tema -finalizó-. Tengo algo para ti...
Le dió un pequeño beso y se dirigió al closet volviendo lo mas rapido posible con una mano escondida tras su espalda.
-Que? Que es? -lo miró con impaciencia, el sonrió y sacó una pequña cajita plateada que llebaba en la mano.
-Abrelo.. -se lo dió.
Daniela lo tomó con sumo cuidado. Lo abrió lentamente:
-Dios! Alex... es hermoso... gracias! -lo abrazó y lo tomó por el cuello haciendo que el chicó se agachara un poco para poder besarla.
-Puedo ponertelo? -le preguntó él.
-Porsupuesto!
Blake sacó de la pequeña caja un medallon de oro, que llebaba grabado las letras "D&A" con diamantes... se lo pusó a su novia mientras las manos le temblaban.
Daniela le sonrió y lo volvió a abrazar.
-No debiste... seguro que te costo una fortuna. ¿cuando lo compraste?
-Eso no importa -sonrió-. Solo quiero que lo lleves para que represente que tu y yo estamos juntos. Ademas -miró el medallon en el cuello de Daniela-, ¿notas que esta una "A" en vez de una "B"? -rió por lo que iba a decir- eso es porque desde la vez que me diste el si, solo me has llamado Alex y no mas Blake.
-Como puedes notar eso? -lo miró impresinada y riendo un poco.
-Yo noto TODO lo que tu hagas o digas. Practicamente vivo para contemplarte a ti -sonrió con ternura. Ella le devolvió la sonrisa.
-Te amo -le dijó ella-. Pero ahora me siento mal porque no te he dado nada yo.
-Oh eso no importa -apretó sus labios contra los de ella-. Tan solo al estar a mi lado me has dado mas de lo que podria desear -susurró ensima de los labios de su chica para terminar besandola.